Por: José Sebastian Sánchez Tlatelpa¹

1. Licenciado en Farmacia, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Maestrante en Salud Pública, Escuela de Salud Pública de México

Comprender cómo actúan los medicamentos ayuda a usarlos con mayor responsabilidad. En este artículo, conocerás el recorrido que realiza una tableta desde que la tomas hasta que cumple su función, y descubrirás por qué automedicarse puede ser más riesgoso de lo que parece
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¿Alguna vez te has preguntado cómo sabe el medicamento exactamente dónde te duele? Puede parecer casi magia que una simple tableta logre aliviar el dolor de forma rápida y precisa, como si "supiera" a dónde ir y cómo atacar el problema. ¿Tendrá algo de nanotecnología o rastreo del malestar?

La respuesta es no. Pero entender cómo funcionan los medicamentos para el dolor no es tan complicado. Sigue leyendo y te explicaré de forma sencilla y sin tecnicismos cómo se lleva a cabo este proceso.

¿Cómo se origina el dolor?

El dolor es un proceso fascinante y, aunque a veces quisiéramos evitarlo, cumple una función vital: alertar al cerebro de posibles daños en el cuerpo. Todo ocurre a través de una compleja red de señales químicas que viajan desde la zona afectada hasta el cerebro.

En este proceso participa una proteína clave llamada ciclooxigenasa (COX). Cuando se activa, produce moléculas llamadas prostaglandinas, que son las responsables de desencadenar las señales que sentimos como dolor. En pocas palabras: cuando las COX y las prostaglandinas están en acción, el dolor aparece.

¿Cómo actúa el medicamento contra el dolor?

Medicamentos muy conocidos, como el naproxeno o el ibuprofeno, tienen una función principal: bloquear la acción de las proteínas COX, responsables de iniciar las señales químicas que llegan al cerebro en forma de dolor. Dicho de otro modo, estos fármacos "cubren" a las COX para que no liberen las sustancias que provocan dolor e inflamación.

Pero la verdadera pregunta es:¿cómo llega el medicamento desde la boca hasta la punta del pie?

Aquí entra en juego toda una rama de la ciencia llamada farmacología. Dentro de ella existen dos áreas fundamentales:

• Farmacodinamia, que estudia qué hace el medicamento en el cuerpo.
• Farmacocinética, que analiza cómo llega el medicamento hasta donde debe actuar.

Ya hablamos un poco de farmacodinamia; ahora hagamos un "viaje" por el cuerpo para entender la farmacocinética, es decir, el recorrido que sigue una tableta desde que la tomamos hasta que cumple su misión.

Un viaje por nuestro cuerpo

Para que el medicamento llegue hasta las COX, debe pasar por distintas etapas. Este proceso se resume con el acrónimo LADME, que representa cinco pasos: Liberación, Absorción, Distribución, Metabolización y Eliminación.

1. Liberación.- Antes de que una tableta pueda hacer efecto, necesita desintegrarse en el estómago gracias a los jugos gástricos. Así se libera el principio activo o fármaco, que es la molécula que realmente actúa.
   
   Tip: siempre acompaña los medicamentos con un vaso con al menos 250 ml de agua simple. Bebidas como jugo, leche o refresco pueden disminuir su eficacia.


2. Absorción.- Una vez liberado, el fármaco debe atravesar las barreras fisiológicas —como las mucosas del intestino—, que normalmente protegen al cuerpo de microorganismos dañinos. Desde ahí, una parte del fármaco pasa al torrente sanguíneo, mientras que lo que no se absorbe sigue su camino hasta ser eliminado.
   
   Algunas presentaciones, como las inyecciones, se saltan este paso porque introducen directamente el medicamento en el organismo.


3. Distribución.- Ya en la sangre, las moléculas del fármaco viajan por todo el cuerpo, desde el cerebro hasta el dedo meñique del pie. Es en este recorrido donde el medicamento puede alcanzar su sitio de acción y aliviar el dolor.
   
   Pero... ¿qué pasa después de cumplir su función? ¿Se queda para siempre en el cuerpo? Aquí entran los dos últimos pasos del viaje.


4. Metabolización.- El cuerpo necesita transformar el fármaco para poder eliminarlo. Esto lo logran unas proteínas llamadas enzimas, que modifican su estructura molecular y lo vuelven más fácil de expulsar.
   
   Como dato curioso: algunos medicamentos se diseñan inactivos a propósito para que el cuerpo los active durante la metabolización. A estos se les llama profármacos.


5. Eliminación.- Finalmente, el fármaco —ya transformado— se elimina del cuerpo, principalmente a través de los riñones, por medio de la orina. También puede salir por las heces, el sudor, las lágrimas o, en el caso de las mujeres en periodo de lactancia, incluso por la leche materna.

Los medicamentos también tienen efectos secundarios: el papel del farmacéutico y del médico

El modo en que actúan los medicamentos es fascinante, pero no está libre de riesgos. Nuestro cuerpo tiene muchos sitios donde las moléculas del fármaco pueden unirse, y eso puede generar efectos no deseados.

Volvamos al ejemplo del naproxeno y las COX. Existen dos tipos principales de estas enzimas: COX-1 y COX-2.

• COX-1 ayuda a formar una capa protectora en el estómago, que lo resguarda de los jugos gástricos.
• COX-2, en cambio, participa en las reacciones que producen dolor e inflamación.

El naproxeno bloquea ambas, por lo que alivia el dolor, sí, pero también interfiere con la protección natural del estómago, pudiendo causar acidez o, en casos más graves, úlceras. A estas reacciones no deseadas se les llama efectos adversos, y los más frecuentes suelen aparecer en las cajas o instructivos de los medicamentos, tanto para médicos como para el público.

Una de las funciones clave de los farmacéuticos es diseñar fármacos más selectivos, que actúen solamente donde se necesita. Es el caso del celecoxib, un medicamento que se une únicamente a COX-2 y evita el malestar estomacal asociado al naproxeno.

Sin embargo, ningún medicamento está libre de efectos secundarios. Por eso es indispensable que solo un médico los prescriba. Parte de su labor es valorar los riesgos y beneficios según la salud de cada persona.

Imagina, por ejemplo, a alguien con gastritis o una úlcera que decide automedicarse con naproxeno después de un golpe: el remedio podría empeorar el problema.

Desde la salud pública, la automedicación representa un riesgo importante. Tomar medicamentos sin diagnóstico ni orientación profesional puede provocar reacciones adversas graves. De hecho, se estima que hasta el 8% de las hospitalizaciones están relacionadas con el uso inadecuado de medicamentos.

Por todo lo que hemos revisado en este artículo, la próxima vez que sientas dolor, recuerda: el medicamento no sabe dónde te duele... pero tu médico sí sabe qué es lo mejor para ti.

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Referencias:

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4. Escuela de Pacientes SEFH. 2024. Recorrido del medicamento en el organismo: Proceso LADME. [Internet]. [citado marzo de 2025]. Disponible en: https://www.sefh.es/escuela-de-pacientes-conoce-tus-medicamentos-detalle.php?mdl=4&tm=48
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6. Burgos C., Cuadro A. (2019). PROFARMACOS, EJEMPLOS SELECCIONADOS DEL MERCADO ESPAñOL I. PROFARMACOS UNIDOS A TRANSPORTADOR [Internet]. [citado marzo de 2025]. (PDF) Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/339799162_PROFARMACOS_EJEMPLOS_SELECCIONADOS_DEL_MERCADO_ESPANOL_I_PROFARMACOS_UNIDOS_A_TRANSPORTADOR
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