CIENCIA Y SALUD
HACIA UNA SALUD PLANETARIA POR LAS GENERACIONES DE HOY Y DEL MAÑANA
Por: Mtro. Ernesto Arana Bustamante 1
Revisor: Dr. Juan Ángel Rivera Dommarco 2
1 Unidad de Divulgación y Cultura de la ESPM
2 Centro de Investigación en Salud Poblacional, Instituto Nacional de Salud Pública
Hablar de salud planetaria remite a un tema relativamente novedoso que llama la atención por la importancia que puede tener para la salud pública. Para el Dr. Juan Ángel Rivera Dommarco 1, este es un tema que debe ser abordado y estudiado desde el enfoque salubrista, por ser una materia que resulta de gran relevancia en el contexto actual, en el cual la civilización humana para garantizar su supervivencia depende de la “sabia administración” de los sistemas naturales. Sin lugar a dudas, en las últimas décadas hemos estado degradando estos sistemas en magnitudes sin precedentes. Por ello, resulta vital motivar el interés por trabajar en la investigación que permita generar políticas basadas en evidencia para promover la salud, el bienestar y el desarrollo de la humanidad, preservando al mismo tiempo los sistemas naturales de la Tierra.
A continuación compartimos con ustedes, lo más destacado de la Conferencia magistral “Hacia una salud planetaria” que, como parte del programa académico del 1er Foro Estudiantil de Salud Pública INSP/ESPM, impartió el Dr. Rivera Dommarco.
CONTEXTO Y PROBLEMÁTICA
El ser humano, de ser, en palabras de Noha Harari, “un animal sin importancia”, fue escalando a lo largo de 250 mil años de historia evolutiva hasta coronarse como la especie dominante y protagonista del Antropoceno. El Homo sapiens sapiens ha logrado grandes avances en todos los terrenos, sobre todo en los relacionados con aspectos materiales, pero con profundas repercusiones en el planeta por la explotación insostenible de los recursos de la naturaleza. Además, esta explotación de recursos ha llevado a grandes inequidades, ya que no todos se benefician de los éxitos de nuestra especie.
Estos grandes avances paralelamente conllevan también grandes riesgos en la salud debidos a la degradación actual –y la que se proyecta a futuro– de los sistemas naturales de la Tierra. Dicha degradación incluye el cambio climático, la acidificación de los océanos, escasez de agua, pérdida de biodiversidad, entre los más importantes, que tienen impacto no solo en los sistemas y el futuro de la tierra, sino en la salud global de los seres humanos.
Mediante los actuales patrones voraces de consumo y el desarrollo tecnológico altamente ineficientes e insostenibles, y un rápido crecimiento de las poblaciones, estamos destruyendo los recursos de nuestro planeta y, en consecuencia, estamos “cavando la tumba de nuestra propia especie.” Las actuales políticas económicas han privilegiado un crecimiento inequitativo de grupos altamente beneficiados por grandes lujos, mientras millones y millones de seres humanos se encuentran sumidos en la pobreza. “Este consumismo exacerbado e inequitativo tiene que terminar”.
SALUD PLANETARIA Y SITUACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO ACTUAL
Según se define en el reporte de la Comisión de la Fundación Rockefeller-Lancet, la salud planetaria consiste en la consecución del nivel máximo de salud, bienestar y equidad en todo el mundo respetando los límites de los sistemas naturales de la Tierra mediante la integración de varios sistemas humanos (políticos, económicos y sociales) 3.
El futuro de la humanidad solo se logrará si las actividades humanas no trasgreden los límites ambientales seguros. Por ello debemos generar un modelo de crecimiento que respete el ambiente, que logre la equidad y que evite los grandes lujos para unos cuantos. La humanidad entera tiene que aprender a consumir lo estrictamente necesario para una vida saludable y satisfactoria.
El marco conceptual sobre límites planetarios evalúa el estado de 9 procesos fundamentales para la sustentabilidad de los sistemas de la tierra: cambio climático, consumo de agua dulce, ciclos del nitrógeno y del fosfato, acidificación de los océanos, contaminación química, emisión de aerosoles a la atmósfera, agotamiento de la capa de ozono, pérdida de diversidad y cambios en el uso de suelo. Para mantener la integridad de estos sistemas, las actividades humanas deben desempeñarse dentro de ámbitos planetarios seguros. El piso de estos ámbitos garantiza que todos las personas accedan a sus necesidades de nutrición, salud, bienestar, así como al ejercicio de sus derechos humanos. Este piso genera también presiones sobre los sistemas de la tierra, pero se considera como indispensable para la vida digna de los humanos. El techo de este ámbito son los límites planetarios, por arriba de los cuales los sistemas rebasan los límites planetarios seguros.
Existe evidencia científica contundente sobre aumentos en el calentamiento del planeta en el ámbito global y en México, así como de la influencia de la humanidad en este aumento de temperaturas. Asimismo, se han estimado los costos económicos actuales y futuros derivados del calentamiento en México y el mundo, y la amenaza que este representa para la salud física, mental y el bienestar de las poblaciones en el planeta.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce al Acuerdo de París de 2015 como el acuerdo de salud pública más importante del siglo XXI, convirtiendo al cambio climático en un asunto de salud pública reconocido por la OMS. A pesar de la firma del acuerdo por 193 países y la Unión Europea, estamos muy lejos de alcanzar las metas propuestas. Los países ricos son los que más emisiones generan, profundizando las inequidades con sus modelos de consumo. Además, varios de estos países no han adoptado medidas para reducir sus emisiones a los niveles requeridos.
La OMS estima que a partir de 2030 el cambio climático acentuará la desnutrición, la mortalidad causada por calor y por inundaciones, las enfermedades transmitidas por vector y por escasez de agua, pues el calentamiento global prolonga la temporada de transmisión de enfermedades y amplía su alcance geográfico.
Los efectos del cambio climático en la salud ocurren a travéz de rutas directas: enfermedades, lesiones y muerte por tormentas e inundaciones, morbilidad aguda y mortalidad por golpes de calor y por concentración de contaminantes en el aire, enfermedades transmitidas por agua y alimentos contaminados; y a travéz de rutas indirectas: reducción en producción de alimentos, inseguridad alimentaria, desnutrición, morbilidad y muerte. Estos efectos generan disrupción socioeconómica y del bienestar físico y mental, cambio en la dinámica de los vectores de transmisión de enfermedades, aumento en enfermedades transmitidas por vector (ETV), aumento de muertes por desnutrición, paludismo, diarrea y golpes de calor.
Se han estimado efectos importantes del calentamiento global en la reducción de la producción de alimentos en magnitudes que van del 12% al 59% para diversos cereales y el azúcar. La reducción de disponibilidad para los grupos más vulnerables, debido al aumento de los precios, puede provocar inseguridad alimentaria, desnutrición y potenciales aumentos en morbilidad, mortalidad y desarrollo mental. Urge anticiparnos con medidas de mitigación que incluyan la producción de variedades de alimentos resilientes a condiciones meteorológicas que podemos anticipar y con alto valor nutritivo.
Los sistemas alimentarios tienen a su vez un enorme impacto en el cambio climático y otros sistemas naturales. La agricultura ocupa casi el 40% de la tierra disponible en el planeta y es responsable del 29% de la emisión de gases de efecto invernadero. Utiliza el 70% del agua limpia del planeta. Asimismo, el uso excesivo de Nitrógeno y Fósforo en la agricultura causa eutrofización y zonas muertas en lagos y costas. La conversión de la tierra para la agricultura está propiciando la extinción masiva de especies. En suma, nuestro sistema alimentario está degradando nuestro planeta.
En 2020 la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero es el CO2 de los combustibles fósiles y cemento; pero para el año 2050, si el convenio de París evoluciona favorablemente, la principal fuente serán las emisiones de efecto invernadero de la producción agrícola, pues habremos de alimentar de manera saludable y sostenible a dos mil millones de personas adicionales, dado que seremos casi 10 mil millones de seres humanos en el planeta.
Hoy en día, el sistema alimentario que sustenta a 8 mil millones de seres humanos no ha resuelto el hambre y la desnutrición, está generando una epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) y contribuye a la transgresión de los límites planetarios. Consumimos alimentos –como la carne de rumiantes, cerdo y lácteos– que tienen un impacto muy elevado en distintos sistemas planetarios (gases de efecto invernadero, uso de tierra, uso de energía, potencial de acidificación, potencial de eutroficación). Los alimentos de origen vegetal tienen en general un menor impacto. Además, alrededor de un tercio de todos los alimentos que producimos en el mundo se desperdicia o se pierde a lo largo de la cadena alimentaria. Las pérdidas de alimento representan un considerable desperdicio de tierra de cultivo, agua, energía e insumos agrícolas y causan la emisión de millones de toneladas de efecto invernadero.
Se estima que en México se pierden 20.4 millones de toneladas de alimentos por año, que equivalen al 34.5% del consumo total de alimentos. Estimaciones de la comisión EAT-Lancet señalan que si no hacemos nada, es decir, si no implementamos medidas que hemos identificado, para 2050 habremos de trasgredir todos los límites planetarios, en algunos casos hasta en un 250%.
ENTIDADES QUÍMICAS NOVEDOSAS
Existen 350,000 productos químicos en el mercado global (plásticos, pesticidas, químicos diversos, antibióticos, fármacos y un largo etcétera), se les llama entidades nuevas, porque no existían y fueron creadas por el humano con efectos desconocidos en los sistemas del planeta. Aunque su ritmo de generación es mayor a la capacidad de evaluar sus efectos, ya existe evidencia consistente de efectos adversos en los sistemas de la Tierra. Por ejemplo, los plásticos contienen más de 10,000 químicos y su degradación ambiental crea nuevas combinaciones de materiales y riesgos ambientales sin precedentes.
Los alimentos ultraprocesados provocan daños a la salud y dañan el ambiente, sus empaques contienen bisfenol y ftalatos. Las bebidas azucaradas utilizan cantidades excesivas de agua para ser producidas. Se trata claramente de un área de estudio desde la salud pública, se requiere identificar sus efectos y proponer políticas y acciones para prevenir los daños al ambiente y a la salud humana, derivado del consumo de estos productos.
UNA “LUZ DE ESPERANZA”, UNA RUTA CON METAS A CUMPLIR
Como se ha mencionado, el calentamiento global y otros procesos de degradación de los sistemas naturales de la tierra están alcanzando los límites planetarios y sus efectos ya son evidentes. Es crucial por ello implementar medidas de mitigación de sus efectos y medidas de prevención del deterioro. Resulta fundamental contar con una política nacional ambiental que incluya medias de prevención de deterioro y medidas de mitigación. Es imprescindible la vigilancia de la implementación y el desarrollo de otros acuerdos globales en procesos de degradación que lo requieran, incluyendo la transformación del sistema alimentario.
Recientemente se llevó a cabo en Egipto la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, con la participación de 200 gobiernos. Si bien los estados decidieron crear un fondo para pagar pérdidas y daños, no se lograron acuerdos sobre reducción de emisiones e inclusión de todos los combustibles fósiles para su reducción gradual (petróleo, gas natural, carbón). Ha habido también retrocesos en la implementación de acuerdos debidos a la invasión de Ucrania.
Desde la Comisión EAT-Lancet 4 se ha propuesto evaluar 3 medidas que permitirían alimentar a 10 mil millones de personas con una dieta saludable dentro de límites planetarios seguros combinando estas tres medidas:
- 1) adopción por la población de una dieta saludable y sostenible;
- 2) disminución de desperdicios y pérdida de alimento a una cuarta parte;
- 3) utilización de técnicas agropecuarias disponibles amigables con el ambiente (uso racional de agua, tierra, N y P, que
preserven la biodiversidad).
En términos de salud pública, la adopción de esta dieta saludable disminuiría alrededor de 11 millones de muertes anuales, con un efecto positivo enorme en la salud global.
Como respuesta, en la Comisión EAT-Lancet se propuso una dieta saludable y sostenible –conocida como Dieta Planetaria– para reducir los impactos en los sistemas de la tierra y consecuentemente reducir riesgos a la salud. La Dieta Planetaria es alta en productos de origen vegetal: verduras, frutas, leguminosas, oleaginosas y cereales de grano entero; baja en productos de origen animal: lácteos, carnes de pollo, cerdo, borrego y huevos; y muy baja en embutidos, carnes de res, azúcares añadidos, harinas refinada y alimentos ultraprocesados.
Como acción concreta, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) adaptó la dieta de EAT Lancet para una dieta saludable y sostenible (DSS) para México.
- La propuesta: modificar la dieta actual, de manera gradual, hasta adoptar una dieta saludable y sostenible.
- La meta a lograr, en forma gradual: disminuir el consumo de cereales refinados, lácteos con exceso de azúcares y proteína de origen animal y aumentar el consumo de frutas y verduras y de proteína de origen vegetal (leguminosas como frijol, lenteja y haba y oleaginosas y semillas como cacahuate, pepita, almendra y nuez).
La DDS para México tiene menores efectos ambientales y precios más bajos que la dieta actual. La adopción de la DDS supone una reducción del 25% del costo de la dieta/persona/día para la población –de $60.2 a $45.2–. Parte de la reducción en costo se debe a que la DSS tiene menos calorías, pero aunque se mantuviera el consumo actual de calorías, la DSS tendría un costo 17% menor.
Sí hay soluciones, pero se requiere una iniciativa nacional
Nuestra especie se encuentra en una encrucijada. El Antropoceno ha significado un periodo de grandes avances para la humanidad pero también de un enorme deterioro de los sistemas naturales de nuestro planeta. De las acciones que tomemos hoy depende nuestro futuro y el de los sistemas naturales de la Tierra. ¡Debemos actuar ya!
Para lograr las transformaciones necesarias es indispensable lograr acuerdos globales e implementar políticas ambientales locales. Es fundamental tener una política ambiental nacional que apoye el uso de energías limpias, la transformación de nuestros sistemas alimentarios y otras acciones de protección de los sistemas naturales. La investigación juega un papel muy importante para la toma de decisiones informadas tanto en medidas tanto de mitigación como de prevención, al igual que para la vigilancia de la situación de los sistemas de la tierra y el avance de compromisos y acciones. Las instituciones de educación superior (IES) deben ser promotoras activas de esta agenda.
En el INSP/ESPM se ha dado un importante paso al lanzar el Programa Institucional de Salud Planetaria que planea implementar actividades estratégicas de investigación para resolver lagunas de conocimiento; actividades de docencia para generar conciencia sobre el problema y preparar a los alumnos en investigación para el diseño de medidas de mitigación en programas de salud y en investigación dirigida al diseño de políticas; asesorar al Estado mexicano en políticas y realizar acciones de abogacía, al igual que actividades para fortalecer el programa EcoINSP como promotor de Salud Planetaria en nuestra comunidad y sus entornos.
Fuentes y referencias
1 Investigador y académico de reconocido prestigio, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. El Dr. Rivera fue director general del Instituto Nacional de Salud Pública para el periodo 2017-2022. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III, y tiene el nombramiento de Investigador en Ciencias Médicas F de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad. Ha producido alrededor de 400 comunicados científicos, especialmente en el área de la salud pública y la nutrición, incluyendo 228 artículos en revistas científicas, de entre los cuales, 72 han sido publicados en revistas nivel IV o superior.
2 Periodo geológico definido así por el enorme impacto relacionado con la actividad humana. Sapiens. De animales a dioses. Yuval Noah Harari
3 Safeguarding human health in the Anthropocene epoch: report of The Rockefeller Foundation-Lancet Commission on planetary health.
4 Willet W, Rockström J, Loken B, Springmann M, Lang T, Rivera JA (et al). Food in the Anthropocene: the EAT-Lancet Commission on healthy diets from sustainable food systems. Lancet. 2019; 393(10170): 447- 492