SABERES COMPARTIDOS


La salud masculina: un desafío influido por los estereotipos de género
Por: Dr. Marco Faryd Flores-Reyes(1), Dr. Lenyn Daniel Montes-Sevilla(1), Dr. Eliseo Añorve-García(2), Dra. Raquel Judith Solis-Canal(1), Dra. Martha Edith Cancino-Marentes(1) y Brisbane Karim Peña-Alvarez(1).
- Universidad Autónoma de Nayarit. Unidad Académica de Medicina.
- Cardiología Clínica. Jefe de la Consulta Externa del Hospital General del ISSSTE “Dr. Aquiles Calles Ramírez” Tepic - APP. Tepic, Nayarit. México.
La salud masculina enfrenta obstáculos que trascienden lo biológico y se arraigan profundamente en las normas culturales y los estereotipos de género. La idea tradicional de masculinidad —caracterizada por fortaleza, autosuficiencia y la represión de emociones— representa una barrera significativa para que los hombres busquen atención médica o adopten hábitos saludables.

La masculinidad hegemónica establece un estándar social dominante que condiciona los comportamientos y emociones de los hombres. Este concepto, introducido por la socióloga Raewyn Connell, se refiere a un modelo idealizado de masculinidad que privilegia características como el control emocional, la autosuficiencia y la fortaleza física, marginando otras formas de ser hombre. La presión cultural, como señalan diversos estudios, lleva a muchos a evitar acudir al médico por temor a ser percibidos como vulnerables. Este retraso en la atención médica puede provocar diagnósticos tardíos y complicaciones graves.
Además, comportamientos de riesgo como el consumo de alcohol y tabaco, asociados con este modelo de masculinidad, incrementan la posibilidad de enfermedades crónicas. Por ejemplo, los hombres tienen un mayor riesgo de muerte prematura por causas prevenibles en comparación con las mujeres.
Salud mental: una necesidad invisibilizada
En el ámbito de la salud mental, los estigmas de género dificultan que los hombres busquen ayuda ante problemas como la depresión o la ansiedad. En muchos casos, estas emociones se expresan mediante ira o conductas autodestructivas, como el abuso de sustancias. La pandemia de COVID-19 agravó esta situación de manera significativa. Datos proporcionados por un estudio realizado por el Pew Research Center analizó las experiencias de adultos estadounidenses durante la pandemia de COVID-19, encontrando que un 32% de los hombres reportó altos niveles de angustia psicológica, en comparación con el 48% de las mujeres. Estos niveles incluyen sentimientos de ansiedad, soledad y dificultad para dormir. Además, el informe de KFF (Kaiser Family Foundation) sobre el impacto de la pandemia en la salud mental y el aumento de las tasas de suicidio en 2021, destacó que el suicidio volvió a aumentar después de haber disminuido temporalmente en 2019-2020, afectando de manera significativa a hombres y poblaciones vulnerables.
Desigualdades en el acceso a la salud
Las desigualdades en el acceso a la salud masculina no solo están influenciadas por factores económicos, sino también por construcciones culturales que perpetúan el alejamiento de los hombres de los servicios médicos. Los hombres de comunidades marginadas y con bajos ingresos enfrentan barreras como la falta de recursos, limitaciones en infraestructura sanitaria y prejuicios institucionales.

Un estudio de Gomes et al. (2020) muestra cómo las desigualdades socioeconómicas agravan los problemas de salud masculina. En contextos rurales o de bajos recursos, los hombres suelen depender de servicios médicos de baja calidad o enfrentar largos tiempos de espera para acceder a atención especializada. Además, la masculinidad hegemónica refuerza la idea de autosuficiencia, lo que contribuye a que muchos hombres no busquen ayuda médica hasta que sus condiciones sean graves.
Por otro lado, la pandemia de COVID-19 exacerbó estas desigualdades. En 2021, aproximadamente el 17% de los adultos en Estados Unidos reportaron retrasos en sus citas médicas y dificultades para acceder a medicamentos esenciales, siendo los hombres de comunidades de bajos ingresos particularmente vulnerables a estas interrupciones en la atención médica. Esto no solo afecta la salud física, sino que también incrementa los problemas de salud mental, creando un círculo vicioso que amplifica la inequidad.
Para enfrentar estas desigualdades, es necesario implementar políticas públicas inclusivas que consideren las barreras sociales, económicas y culturales que afectan a los hombres. Iniciativas como el uso de telemedicina durante la pandemia han mostrado ser efectivas para ampliar la cobertura, especialmente en zonas rurales. Sin embargo, el reto persiste en garantizar que estos servicios sean accesibles para todos, sin importar su nivel socioeconómico.
Un modelo para transformar la salud masculina

Los hombres han sido una prioridad en la salud pública, ya sea como objeto de estudio o como grupo objetivo de diversas acciones. Sin embargo, las desigualdades sociales y económicas agravan los desafíos de salud que enfrentan. Investigaciones como las de Cunningham et al. (2021) muestran que los hombres de grupos minoritarios y de bajos ingresos tienen un acceso limitado a servicios de salud preventivos de calidad, lo que perpetúa las disparidades en salud. Al abordar la complejidad del estudio de las masculinidades y la salud masculina, se pueden identificar estas diferencias y desigualdades de manera más integral y profunda.
Para hacer frente a estos desafíos, es necesario cuestionar las nociones tradicionales de masculinidad y promover una definición más inclusiva que reconozca la importancia de la salud mental, las relaciones y el bienestar emocional. El marco de las 5C propuesto por Galdas et al. (2023) es un modelo conceptual clave para guiar el desarrollo de programas de salud dirigidos a hombres, integrando enfoques de género transformadores.

Hacia una sociedad más saludable para los hombres
Para mejorar la salud masculina es fundamental fortalecer las actividades de prevención mediante un enfoque multidisciplinario, que incluya consultas médicas periódicas y la promoción de hábitos de vida saludables. Con una atención oportuna, se pueden identificar de manera temprana enfermedades que, si no se tratan, pueden desencadenar complicaciones graves que resulten en dependencia o discapacidad.
Promovamos juntos una cultura donde la salud y el bienestar sean prioridades para todas las personas, sin importar género o condición social.
Agradecimientos
A la Academia de Salud Mental y Envejecimiento de la Unidad Académica de Medicina de la Universidad Autónoma de Nayarit, por las facilidades otorgadas y archivo fotográfico.
Referencias:
- Galdas, P. M., Seidler, Z. E., & Oliffe, J. L. (2023). Designing Men's Health Programs: The 5C Framework. American journal of men's health, 17(4), 15579883231186463. https://doi.org/10.1177/15579883231186463
- Gomes, R., Couto, M. T., & De Keijzer, B. (2020). Hombres, género y salud. Salud colectiva, 16, e2788. https://doi.org/10.18294/sc.2020.2788
- Hiebert, B., Leipert, B., Regan, S., & Burkell, J. (2018). Rural Men's Health, Health Information Seeking, and Gender Identities: A Conceptual Theoretical Review of the Literature. American journal of men's health, 12(4), 863–876. https://doi.org/10.1177/1557988316649177
- Marcos-Marcos, J., Mateos, J. T., Gasch-Gallén, Á., & Álvarez-Dardet, C. (2020). El estudio de la salud de los hombres desde una perspectiva de género: de dónde venimos, hacia dónde vamos. Salud colectiva, 16, e2246. https://doi.org/10.18294/sc.2020.2246
- Noone, J. H., & Stephens, C. (2008). Men, masculine identities, and health care utilisation. Sociology of health & illness, 30(5), 711–725. https://doi.org/10.1111/j.1467-9566.2008.01095.x
- Tseole, N. P., & Vermaak, K. (2020). Exploring the Influences of Hegemonic and Complicit Masculinity on Lifestyle Risk Factors for Noncommunicable Diseases Among Adult Men in Maseru, Lesotho. American journal of men's health, 14(6), 1557988320958931. https://doi.org/10.1177/1557988320958931