IMAGINA UN MUNDO...
Aprendiendo a cuidarte Por: Gabriela Venosa López, Asistente de Investigación en el Centro de investigación en Nutrición y Salud (CINyS-INSP)
¡Bienvenidas y bienvenidos!
Seguramente alguna vez has escuchado hablar sobre la paz y sobre la posibilidad de crear un mundo amigable y sin violencia. A continuación queremos compartir contigo algunas preguntas que se nos vienen a la mente y que tal vez también han venido a la tuya:
- ¿Cómo te imaginas un mundo más amigable y sin violencia?
- ¿Cómo podemos sentirnos en paz en los lugares que frecuentamos –como nuestra casa, la escuela, el parque o nuestro barrio–?
- ¿Cómo podemos cuidarnos, cuidar nuestra mente, nuestro cuerpo y el ambiente en el que vivimos?
- ¿Cómo estar más tranquilas/os y felices?
Enseguida descubrirás algunos tips o recomendaciones sobre lo que puedes hacer para transformar los lugares a donde vas y en los que convives con otras personas en espacios amigables, es decir, en espacios donde te sientas más cómoda/o, segura/o y a gusto. Para esto, te proponemos tres cosas:
- reconocerte;
- cuidarte a ti misma/o;
- cuidarte en conjunto con tu familia y amistades.
1.- Encuentra tu huella: reconócete
Hay muchas cosas que nos hacen únicas/os: nuestras huellas dactilares, nuestros lunares o marcas en la piel, pero también nuestras emociones, pensamientos y acciones. Estas diferencias enriquecen el mundo, lo hacen diverso y valioso, pues cada quien aporta algo diferente y eso nos hace especiales. Cada persona puede reconocer y conectar con esto que nos hace únicos. Para lograrlo te proponemos el siguiente ejercicio:
A) Con tinta, pintura acrílica o con un plumón a base de agua pinta las yemas de tus dedos. Antes de que se sequen presiónalas fuerte sobre una hoja de papel o cartulina.
B) Obsérvalas con atención pensando que todas esas líneas que se ven y las figuras que forman son únicas en el mundo. ¡No existe una huella dactilar idéntica a otra!
C) Ahora piensa en algunas características positivas o habilidades o talentos que tengas y anótalas alrededor de tus huellas. Por ejemplo: ayudo a mis amigas/os cuando me necesitan, cuento chistes muy buenos, cuido las plantas de mi casa, cuando alguien me cuenta algo escucho con atención, preparo galletas deliciosas, puedo saltar muy alto, comparto mis juguetes para que todas/os nos divirtamos, tengo buena memoria, cuidado a mis mascotas, etcétera.
D) Después de poner todas las características que se te ocurran, pídele a una o más personas cercanas y de confianza (pueden ser amigas/os o familiares) que escriban alguna otra característica positiva que vean en ti. ¡Tal vez descubras que eres buena/o en algo que no te habías dado cuenta!
E) Esta hoja con tus huellas es un recordatorio de algunas de las cosas que te hacen especial y valiosa/o. Guárdala o pégala en algún espacio o superficie que te guste para que puedas verlo cada vez que quieras. Puede ser en un cajón secreto, bajo tu almohada; o si quieres que otras personas lo vean, puedes ponerlo en el refri, enmarcarlo o colgarlo en la pared de la sala… ¡Ah! Y claro que siempre puedes ir agregando más características que vayas encontrando en ti.
2.- Construye tu espacio de calma: cuídate a ti misma/o
Entre mejor te conozcas sabrás lo valiosa/o y única/o que eres. Además de conocerte es importante que aprendas a cuidarte a ti misma/o, cuidar tus emociones, tu cuerpo y el ambiente en el que vives. Esto se llama autocuidado.
A veces, cuando nos enojamos, nos molestamos o nos sentimos mal, reaccionamos con acciones que pueden traernos consecuencias desagradables –como peleas con personas a las que queremos, olvidarnos de hacer las cosas que nos hacen sentir bien o, incluso, sufrir accidentes o malestares físicos–.
Una forma de autocuidado, cuando sentimos enojo o estamos en alguna situación que nos hace sentir incómodas/os, es hacer una pausa, respirar y tratar de estar lo más calmadas/os posible para encontrar la solución que mejor nos haga sentir.
Si la estás pasando mal, intenta parar lo que estás haciendo, puedes tomar distancia, cerrar los ojos y contar despacio del 1 al 10.
Además, te sugerimos dar un paso más allá y ¡crear tu propio espacio de calma! Un espacio que puedas ocupar para autocuidarte cuando te sientas triste, enojada/o, con miedo, pero también cuando estés feliz y quieras pasar un rato contigo.
¿Qué necesitas?
A) Encuentra un espacio en tu casa que te guste y en el que te sientas cómoda/o: por ejemplo, al lado de una ventana, debajo de un árbol en el patio, cerca de donde guardas tus juguetes, en tu sillón favorito o cualquier otro lugar que se te ocurra y que te haga sentir bien.
B) Elige 3 objetos que te gusten o te hagan sentir feliz. Puede ser algún juguete, una foto, una cobija o almohada suavecitas, un libro, un recuerdo de algún viaje divertido, tus calcetines favoritos, etcétera. Después, acomódalos en este lugar especial y como tú prefieras. ¡También puedes pegar tu hoja de Huellas que hiciste en el ejercicio anterior!
C) Cuéntale a las demás personas que viven contigo que este es tu espacio de calma. Diles que a veces las invitarás y que otras veces lo usarás para tener un momento a solas y así poder pensar, meditar, explorar lo que estás sintiendo y por qué. Ahora que sabes lo que es el autocuidado, explícale a las/os demás que es tu espacio y tu momento especial para consentirte, apapacharte y sentirte mejor. De esta manera, las demás personas sabrán que cuando necesites un momento a solas puedes poner un letrero como este en la entrada de tu espacio de calma.
Usa este espacio cada vez que lo necesites. Puedes tenerlo siempre disponible o ponerlo y quitarlo cada vez que quieras. ¡Es tuyo! Recuerda que es un espacio que sirve para darte una pausa y al salir puedes compartir con otras personas cómo te sentiste, si así lo deseas.
Todas/os necesitamos espacios para estar solas/os, pero en ocasiones el hecho de compartir nuestras emociones con alguien más a quien queremos y en quien confiamos es muy recomendable y probablemente nos hará sentir mejor.
3.- Acuerdos para la convivencia: cuídate en conjunto con tu familia y amistades
Así como tú, todas las personas tenemos características que nos hacen únicas/os y valiosas/os. Pero, ¡qué curioso! Al mismo tiempo estas características hacen que también seamos muy diferentes entre nosotras/os. Por eso algunas veces no estamos de acuerdo o nos molestan ciertas cosas que otras personas hacen o dicen. Esto no significa que no queramos a esas personas o que tengamos que pelear para ver quién “tiene la razón”. Más bien, quiere decir que necesitamos llegar a acuerdos para convivir y saber cuidarnos entre todas/os, hacer que juntas/os nos sintamos lo mejor posible y así construir espacios compartidos más amigables.
Una herramienta para lograr esto es crear una lista de acuerdos para la convivencia. Te invitamos a hacer una lista así con las personas más cercanas a ti, como tu familia o amigas/os, y en lugares donde pases mucho tiempo: puede ser en tu casa, con personas de tu edificio o vecindario, en un parque al que vayas a jugar o algún otro espacio donde convivas con más personas.
Cómo hacerlo:
- Reúne a las personas con las que harás los acuerdos. Pueden participar personas de cualquier edad.
- Consigue una hoja de papel, cartulina, pizarrón o cualquier superficie donde puedas escribir.
- Dibujen dos columnas grandes. En una pondrán las cosas que sí se valen y en otra de las que no se valen.
- Por turnos, cada participante dirá una cosa que sí se vale en su espacio compartido y otra que no se vale. Las demás personas podrán opinar, comentar y dar sus puntos de vista. Platiquen el tiempo que sea necesario. Si alguien no está de acuerdo con esa propuesta, deberá decir por qué no y entre todas/os buscarán la mejor forma para adaptarla o modificarla. Es importante escuchar y negociar hasta que se sientan cómodas/os con la propuesta. Solo hasta que estén de acuerdo la podrán escribir.
- Cuando estén conformes con la lista de acuerdos y no tengan más sugerencias, ya pueden pegarla en un lugar visible para que los vean diariamente. Así, pueden acudir a ella si algún día se da alguna inconformidad, conflicto o desacuerdo entre ustedes, las/os usuarias/os del espacio compartido.
- Esta lista de acuerdos para la convivencia puede revisarse y cambiar, quitar o añadir palabras y frases si lo consideran necesario. Los acuerdos son suyos y son para que todas/os puedan estar lo más a gusto posible en su espacio compartido.
¡Listo! Ahora conoces algunas herramientas para conocerte, autocuidarte y hacer de los lugares que frecuentas espacios más amigables.
¿Qué otras formas se te ocurren para hacerlo? ¿Cómo puedes compartirlo con las/os demás? Escribe o dibuja tus propuestas, y compártelas con nosotros en la sección de “comentarios"¡Nos encantará conocer tu opinión!
Fuentes y referencias:
- Delfos, Martine F. (2001), ¿Me escuchas? Cómo conversar con niños de cuatro a doce años, Bernard van Leer Foundation, Amsterdam
- Morfín, M. (2012). Participación infantil y juvenil: una guía para su promoción. https://alasyraices.gob.mx/ebooks/PARTICIPACIONINFANTIL.pdf
- Toro Arango, J. (1992), 7 aprendizajes básicos para la educación en la convivencia social. Educando para hacer posibles la vida y la felicidad, Fundación Social, Bogotá.
- UNICEF (2015). Cuadernos para la acción: Espacios amigables para los niños. https://www.unicef.org/argentina/media/2256/file/Empresas%20y%20Espacios%20Amigables%20para%20los%20Ni%C3%B1os.pdf